viernes, 6 de noviembre de 2009

Solo un recuerdo

Dimos esa vuelta en la carretera, la tierra árida, quemada al sol, las pocas plantas, el bochorno, los asientos pegajosos, y la falta de tu voz, me decían una cosa, no estabas ahí; estaba tu cuerpo ahí, con la mirada perdida en ese semidesierto caluroso. me hiciste parar el auto, bajar de el junto a la carretera, y caminar hasta dejarla un poco atrás, donde apenas se viera el auto, me tomaste de las manos, y vino de golpe como una epifanía, como nunca pensé que vendría, vino a mi mente en un carrusel de velocidad extrema una serie de pensamientos, el vino sobra en la casa, las almohadas son mullidas, tengo un calcetín roto, debo cortar el pasto, pero la mas importante, te quería, te amaba completamente, desde el ámbar color de tus ojos, hasta el castaño de tu cabello, de tus hombros por toda tu silueta delicada hasta tus pies, y ese rostro, con las mejillas rosadas siempre, los labios, de los cuales ansiaba beber, tu garganta, las cejas, todo. Tus manos temblaban mientras respirabas profundo, y hablaste sobre la belleza de las cosas, luego cambiaste el tema y se te quebró la voz, el nudo no te dejaba hablar. Decías que necesitaba saber algo, llorabas silenciosamente, mientras la noche caía sobre nosotros, me explicaste algo que no alcancé a entender, hasta que escuché la palabra cáncer, ahí se hizo el silencio, y te abracé, tome tu barbilla, y te besé, y el oleaje que se había desatado, en los mares celestiales de ese paraje, se calmó.

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