domingo, 18 de diciembre de 2011

Se Amasa

Bien, si, de nuevo desaparecimos, pero dejaremos de hacerlo porque acabamos de renunciar a ser adultos y tener que trabajar, aparte de que ya hay vacaciones.

 Esta semana, cuentos navideños, empezando por uno, que no es navideño, ni es cuento, es choro.


Se amasa.

Se moja, lava y se pone a cocer, un puño de cal con sentimiento, así, igualito que el papel. Se cuela y directo al metate, en donde se muele como se mastica una idea que se quiere plasmar, lenta y pasivamente, como haciendo el amor en concentración, hasta que se amasa la masa de las ideas, y se empieza a separar en pedazos que son prensados entre la pluma y el papel, pariendo hojas completas, delgadas y nutridas. Nadie observa cuando van al fuego, se imprimen y se dicen, se declaman y se rolan. Se habla de ellas cuando están en boca ajena, cargadas de alguna salsa extranjera, y guisos foráneos. Las palabras de la tortilla casi nunca son respetadas, y no guardan el sabor cuando el tortillero muere. Así se amasa la masa, de la tortilla que es de las masas.


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