viernes, 29 de mayo de 2009

Crónica 3, el soldado, y la doncella.

Otra tarde, que lenta transcurre, en silencio, mortal, acalorado, y si se quiere, hasta lúgubre, el ejercito se reorganiza, de la armada no se sabe, parecen estar también en lo suyo, corre el viento, llevando la ola de calor, ahogando a quien se interpone en su camino, parece que se avecina tormenta, amenaza con un calor bochornoso, y la tierra se quiere sacudir de impurezas, un pájaro se posa sobre el edificio del general de guerra, señal inevitable de que la lluvia se acerca, los pastos ya se tornaban amarillentos, mañana estarán de un color más verde, el amanecer fue rojo, ayer se derramó sangre, y corrió, corrió a través del río, que lavó un poco la pena, y la doncella, pasea por los jardines, intocable, impensable, invisible, aguardando a su guerrero, que no lucha en estas batallas, y del que no se hablará. La doncella se pasea, y el soldado bien la observa, le cautiva cada detalle, la recorre con la mirada, evitando la lujuria, hasta se puede decir con ternura, ya no parece una niña, pero conserva la inocencia, o puede ser solo pureza, pureza de alma y espíritu, al preocuparse por un guerrero, el soldado la contempla, y suspira sin remedio, la tormenta se acerca, la doncella no pierde atención en ello, y al soldado poco le importa, su cabello es lo mas importante en ese momento, los tambores se escuchan a la lejanía, a la doncella le corren las lágrimas como dos nacimientos de un río que empieza a brotar de un manantial, el soldado toma animo y se acerca, no la puede ver llorando, le duele, pero aun no la conoce, llora , y llora con sentimiento, como si cargase con mucho dolor, el soldado llega a un árbol sobre una colina, ella solo está unos pasos mas abajo en la ladera, empiezan a caer algunas gotas de brisa, solo anuncian la tormenta, da un paso más, y los tambores anuncian batalla con mas intensidad, el no puede consolarla, toma el fusil, empuña la navaja, y parte, con el recuerdo de la doncella en la memoria, y con un gesto de gloria, recordando el rostro mas bello, y triste a la vez de esta guerra, los tambores suenan cada vez más fuerte, se da la vuelta y emprende el camino a la batalla corriendo. La tormenta no se hace esperar, y llueve, la doncella se resguarda en su hogar.

jueves, 28 de mayo de 2009

Cronica 2, La Batalla del trigo; Gol.

El edificio imponente se alzaba a espaldas del ejército, mientras que la armada se acercaba por los terrenos de poca altura, desgorrándose a gritos de nuevo, mutilando la paz del momento, el ambiente se tornaba mas hostil a cada momento, la lucha era ahora por cada grano de trigo que se pudiese salvar, pero esta vez, el ejercito con dureza, la armada con fuerza, y curioso, los pueblos bárbaros que no habían bajado, atacaron esta vez, atropellando sin pensar los granos, esos mismos que querían salvar, desgarrando las gargantas, y cortando el aire, aparecen los colosos, las armas secretas de los frentes de batalla, la misma que se diversifica, y se pierde, ¿donde esta cada uno de los mismos?, se reagrupan, y emprenden el avance hasta terrenos con mas grano, suben de camino al imponente edificio, donde aguardan ya los generales de los frentes, guardando una prudente distancia entre ambos, disfrutando la verbena atrás de la batalla, con alguno bárbaro colado, y repartiendo municiones, a diestra y siniestra, la batalla toma un nuevo escenario, el horizonte refleja ya un atardecer rojo, y el principio de un anochecer azul, sigue esa eterna lucha de gargantas, rotas, desgarradas, partidas, de una voz que nada mas pide, que un grano mas de trigo, se torna mas fuerte, casi se han dispersado entre el terreno dispersor, los gritos aun se hacen escuchar violentos, en el medio, en el claro, casi nadie presta atención, la lucha sigue hasta morir, pero entonces se suelta la pedrada, y el campo de trigo cobra vida, cada espiga se torna humana, y se torna un solo grito estremecedor, se ha olvidado la batalla del trigo, solo se escucha una sola voz, sola pero potente, como la que solo viene de Dios, ¡Gol!

jueves, 21 de mayo de 2009

Cronica 1, batalla a gritos

Pasaba el ejército, tranquilo por ese valle, caminando a orillas de ese río interminable, acudiendo a su normal labor, de hacer las aguas moverse, de que pasasen con tranquilidad hermosa. Llevaban un rato ya en su labor, cuando apareció la armada, desenvainando espadas, y dividiendo las aguas, se aglutinó una trinchera, del lado sur del río, mientras que la enemiga se congrego en el lado norte, y comenzó la batalla, lanzando cada uno sus gritos, desgarrando las gargantas, para evitar que el río corriera por donde el territorio enemigo, la armada se separo, para intentar cubrir mas territorio, extendiéndose por toda su orilla del río, mientras que el ejército se decidió a unirse, y mantener defendido su territorio, el río se dividía, las aguas empezaban a desbordarse, nadie había notado aun que las aguas estaban agitadas, que la creciente llovizna se había tornado en una lluvia ligera, seguían agitando las banderas de su propia identidad, partiendo con los gritos el aire, deteriorando el sonido de la lluvia de un campo fresco y puro, el ejercito recibió refuerzos, y ahora tenia dos bastiones, la lucha parecía ahora inclinarse hacia el lado del ejército, las aguas parecían mas correr hacia los campos del ejército, y sucedió, en el momento en que el ejército logro acallar los gritos de los soldados de la armada, cuando la batalla estaba ganada, y la armada aun batallaba, el cielo rugió, con un rugido mortal, haciendo caer la lluvia con un ímpetu de quien se quiere lavar de alguna extraña suciedad, con las ganas de quien no soporta ver mas una batalla, y la armada se dispersó, el ejército se reunió, y ya congregado partió, se alejó entre la lluvia, su propósito estaba cumplido, las aguas que de ese río pudo tomar las tomó, ahora se tornaban grises, de un color mucho mas turbio. El ejército partió, y la armada regresó, a tomar lo que aun quedaba, y recoger algunos muertos.