jueves, 25 de junio de 2009

Crónica 7, De Los Pueblos Bárbaros

Los pueblos bárbaros se mueven con todos, a veces se alían, a veces luchan solos, no esperan a sus oponentes en la batalla, en todo momento los están atacando, así sean dos, así sean cien, pero no consiguen nada, pero comúnmente surge la pregunta ¿como los podemos vencer?, la realidad es que no existen, no existen como adversarios, porque luchan mas entre ellos que contra sus enemigos, suelen cortar sus cabezas, y comer las entrañas de los otros.

Se cuenta que el soldado un día intento hacerse de un grupo, que mato a su líder guerrero, pero de ellos nada obtuvo, pues son fieles a ser bárbaros, y si no tiene un líder, batallan por batallar, el soldado se alejó dejando el problema a la armada, se llevo lo que tenia, pues alguna vez dirigió su división, hasta que empezó a caer, en batallas de grito y agua.



(Crónica tomada de los andares del poeta perdido y sin nombre, mientras cruzaba por el país de las desaventuras)

sábado, 20 de junio de 2009

Crónica 6, De Los Sueños y El Mar.

Estocada tras estocada, el guerrero seguía en pie de lucha, herido como la muerte, pero con fuerza para matar, decidido a no rendirse, con la doncella en su cabeza, no era el el favorito, ni mucho menos, pero no estaba dispuesto a morir, su adversario era el soldado, que tanto tiempo le cazó, y ahí estaba en la lucha ensangrentada, levantó el fusil para dar el golpe mortal, cuando una bala se encarno en el, y de tajo lo tiró, el soldado lo vio, se levanto, lo volvió a mirar, y le dijo con amor, hermano, has muerto, y te llevas una parte de mi, has destrozado mi alma obligándome a luchar. el muerto se levantó y de fuego se cubrió, todo se torno negro.El soldado despertó asustado, los sueños los seguían atormentando, un mes hacia de estar al borde de la muerte, y no se sacaba el horrible dolor, recordaba a la doncella, y su lento andar por la batalla. El momento había llegado, tenia que salir, dejar ese horrible fusil, y andar a perseguir, recorrer las tierras áridas en busca de la doncella, pedirle perdón por todo, y de disculpar al guerrero; Pero se cuestionó un momento, y se dijo por otro tanto, de que he de pedirle perdón, si su amor es imposible, porque no matar al guerrero, se interpone en mi camino, la visión se perdió totalmente, y el mar esta en frente de el, la voz que en otra ocasión escuchó estaba ahí mismo, se quito todo peso de los hombros, y obedeció a la voz que al mar lo incitaba a entrar, pero en el momento que entro en las oscuras y azules aguas, la tristeza lo embargo, un dolor extraño sintió, que le recorría todo el cuerpo, de sus ojos brotaron lágrimas, y todo se oscureció.

jueves, 11 de junio de 2009

Crónica 5, Al mar.

El soldado abrió los ojos en un extraño paraje, de un instante a otro había sido transportado de la batalla. Sentía la arena bajo sus pies, estaba descalzo y no lo había notado, estaba perdido, con la mirada fija en el horizonte, el mar lo llamaba, le pedía se acercase, el avanzaba con un paso lento, un golpe en su cabeza, sintió el grito de la batalla que terminaba, y de regreso a la playa, caminando hacia el mar, la doncella caminando entre el sangriento encuentro, y la tranquilidad con que se mecen las olas, las visiones lo abrumaban, cayó de bruces, y se levantó para apenas andar de rodillas, tanteando como un ciego, como alguien perdido en la oscuridad de un día triste y nublado, como el cielo de ese día, que no era amenazante, solo triste, ¿y la doncella?, que diría si él se perdía, sabría acaso que existió, o solamente buscaría a su guerrero, ¿y si era ella quien lo llamaba hacia el mar?, que podía hacer en ese momento, los golpes de la batalla lo tenían adolorido, pero seguía su camino hacia las suaves olas que tanto le atraían, se descolgó el fusil, y la navaja, las correas, y la pistola, no podía mas con ese peso, algo le estaba oprimiendo el pecho, no podía respirar, se quito las ropas de encima quedando solo con los pantalones, sabía que tenía que llegar al agua, hacia las olas, y dejarse ir, tenía que encontrar a la doncella, y decirle que él le amaba, tenía que hacerlo, ya faltaba poco; tienes suerte de esta aquí, dijo un voz lejana, te dieron dos balas en el pulmón, casi te perdemos. Las olas se alejaron, y la voz se hizo cercana, estaba en la enfermería, la batalla había terminado, no sabía que era real y que no, no sabía sobre la doncella, y nadie sabía de ella.

miércoles, 10 de junio de 2009

Cronica 4, batalla en camara lenta.

Un golpe sonoro despertó al soldado, se levanto entre los sonidos de la batalla, sangrienta, dividida, y lúgubre a la vez, pensó por un momento en la doncella, y se propuso ganar la batalla por ella, tomo su fusil, y estaba dispuesto a salir del escondite donde dormía cuando se volvió a pensar, ella realmente quería que el ganase la batalla por ella, ella detestaba la guerra, trataba de prestarle la menor atención, todo esto él lo sabía, o más bien lo suponía, pero no quedó más tiempo para pensar, el enemigo estaba ahí habían descubierto la trinchera donde estaban los demás elementos del ejército, y entraban en un asalto, desgarrando as gargantas, con los llamados de guerra se lanzó en batalla, para recuperar la trinchera, corría de un lado a otro para librar batallas con todos, no acababa aun con uno cuando ya tenía a otro encima, y en un instante todo se congeló, la doncella caminaba, con la mirada dulce, dulce pero aterrorizada, por la violencia del momento, parecía protegida solamente por su belleza, con los ojos buscaba a su guerrero, era tan fácil leerla, ella no escondía nada, era pura, era simple, y te instaba a protegerla, el soldado se lanzó para evitar una bala, y se dio cuenta de la intención de un adversario, la doncella era un blanco, tan fácil de atinar que nadie había localizado. La bala partió, cortando el aire, como un grito que se pierde, solo por un instante, el soldado se lanzó pero no llegó, alguien se atravesó primero, pareció ser el guerrero, pero nadie más lo vio, la doncella no volteó, y siguió por su camino, los tambores de batalla, se oían cada vez más lejanos, la armada se retiraba, después de una embestida brutal, la doncella se perdía, y el soldado enloquecía, que estaba sucediendo, el vio la bala partir, el vio al guerrero caer, vio a la doncella pasar, el cadáver no encontró, y la batalla terminó, apoyado en su fusil perdió un momento la razón.